miércoles, 4 de mayo de 2011

La Sauceda

                                                     Sauceda
Cuando llegamos y salimos del autobús, tuvimos que andar un buen trozo hasta llegar a las cabañas, las repartimos y a mi me tocó la cabaña más grande, con Isa, Elena, Marta, Ana, María y Gema. Comimos los bocadillos que llevábamos nosotros en nuestras mochilas y comimos en un sitio bastante empinado y cuando nos sentábamos en los bancos del fondo se iban para atrás. Después fuimos un rato a andar y pasamos por una valla que servía para que no pasase el ganado. Cuando llegamos a las cabañas estaban todos locos/as por ducharse. Cenamos hamburguesa, y a la una estábamos todos jugando al escondite a oscuras con Quini. Había que esconderse, y llegar hasta todas las linternas sin que Quini te pillase.
El segundo día nos levantamos a las siete, pero no por gusto, sino porque Gema, que compartía cabaña conmigo nos despertó a todas, porque estaba dando vueltas y no era capaz ni de estarse quieta ni de irse fuera para no despertar a las demás. Después a la hora del desayuno había colacao, pan con mantequilla, con nocilla, con paté, o con aceite, y al final nos tocó a mi y a mi cabaña fregar los vasos, a Isa le gustó fregar, pero creo que al resto no nos gustó. Seguido nos fuimos a ordenar las cabañas porque iban a mirarlas una por una, para ver si estaban bien. Y a las once nos fuimos a andar. Andamos unos ocho kilómetros, parando solo para comer y para esperar a los que iban los últimos. Cuando llegamos arriba había unas vistas preciosas y comimos bocadillos, kit-kat, y manzanas. Allí si había cobertura, y en las cabañas no,  todo el mundo aprovechó para llamar a su familia. Había una vallas que separaba Málaga de Cádiz, y todo el mundo pasaba de un lado a otro diciendo: Ahora Málaga, ahora Cádiz, ahora Málaga, ahora Cádiz... Nos subimos a una roca muy alta, y como no, Quini tenía que echar sus fotos. Después volvimos por un camino muy estrecho, y mientras, Elena me enseñó rumano, ya se contar hasta diez: unu, doy, trey, patru, chich, shase, shapte, opt, nouo, seche.
Eran unas cuestas muy empinadas y había que bajar como si fuera tobogán. Elena, Javier, Marta y yo íbamos juntos, y cuando se caía uno, nos caíamos todos, nos paso un montón de veces.En el camino, mas adelante se podía elegir entre dos rutas, Isabel, su padre, Pablo de 5ºa,su padre y Fernando se fueron por el camino más corto y el resto por el camino mas largo, para ver las cascadas y hacernos fotos uno por uno, con nuestro fotógrafo particular,"Quini", el que ya se había hecho la foto, tenía que seguir el camino hacia las cabañas. Llegamos y muchos nos duchamos, aunque algunos se ducharon en el río. Luego jugamos un rato y fuimos a cenar, macarrones, yo sin tomate y con queso rallado, el tomate solo me gusta natural, en la ensalada. Ese día no jugamos a ningún juego nocturno, porque vinieron los mayores del instituto, que también estaban de excursión, y por culpa del partido Madrid-Barcelona se metieron con nosotros y paran que no hubiese peleas, Quini nos mandó a nuestras cabañas. El tercer día también madrugamos, nos levantamos a las 8, y esta vez no por culpa de nadie, sino porque no queríamos volver a fregar vasos. Después de desayunar, vinieron Álvaro y Marina,y nos fuimos a hacer rapel,que yo lo he practicado en el cole, que nos enseñó Alvaro. Al principio de la roca era un poco difícil, pero después era más fácil porque era recto. Mas tarde,fuimos a meternos en un árbol enfermo que no tenía tronco y nos podíamos meter dentro de él y llegar hasta las ramas y a la hora de bajar era como un tobogán.
Al mediodía, a la hora de comer ayudamos a Quini a preparar la ensalada y comimos paella que hicieron Fernando el profe y Fernando el padre de Pablo. Ese fue el último día, nos acostamos y el día siguiente nos levantamos y nos fuimos a casa. Me lo pasé muy bien. 
                 FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario