Imagina que la voz perdida de Alfreda también quiere recuperar a su dueña y se dirige a una oficina de voces perdidas para poner una reclamación.
Diría que es una voz perdida que busca a su dueña, una niña llamada Alfreda Obbot, diría donde vive, con quien vive, a que colegio va, a que colegios a ido, donde ha vivido anteriormente, y más información sobre Alfreda. Después le daría su número de teléfono y le diría al hombre que llamase a Alfreda para devolverle su voz.
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