Un mes después de entrar en erupción bajo el mar a una milla de la costa de La Restinga, el volcán de la isla canaria de El Hierro ha expulsado toneladas de cenizas y gases, pero también deja una amarga huella de desazón, incertidumbre y desastre económico entre sus 10.000 habitantes.El rastro de cenizas del volcán, visible desde los satélites, se extendió rápidamente por esa parte sur de la isla dejando tristes imágenes de peces muertos.cuando todo el mundo miraba al mar en el norte de la isla, la erupción del sur frente a La Restinga se reactivó.
Las burbujas de la erupción se hicieron más evidentes y los gases sulfurosos más presentes, lo cual llevó de nuevo a las autoridades a desalojar La Restinga el 5 de noviembre.Desde entonces, sigue evacuada la localidad, y aunque por el día se permite la presencia de los vecinos, por la noche La Restinga es un pueblo fantasma.
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