Esto era una niña llamada Verónica era muy simpática y guapa. Tenia un amiguito, Sergio, era muy bromista y se pasaba horas jugando con Verónica. Un día dijo Verónica:
-¡Me encantaría conocer más sobre los fantasmas.!
Y Sergio le respondió.
Oye, Verónica, ¿Sabías que cada vez que un niño llora nace un fantasma y cuando hace algo malo desaparece para siempre? Es una pena porque los fantasmas son muy buenos y simpáticos
No lo sabia, debe de ser horrible que se valla un fantasma, a partir de ahora voy a ser muy buena para que no se valla ningún fantasma. Así nunca se irá ninguno.
De repente apareció un fantasma y el fantasma Chispa agradeció a Verónica y a Sergio por portarse bien y decirle a sus amigos que lo hagan. Jugaron hasta que oscureció y todos fueron amigos.
De repente apareció un fantasma y el fantasma Chispa agradeció a Verónica y a Sergio por portarse bien y decirle a sus amigos que lo hagan. Jugaron hasta que oscureció y todos fueron amigos.
¿Y tu? ¿Te portas bien? Entre todos tenemos que hacer que no se vallan nuestros amiguitos los fantasmas...
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